El Super Bowl no es solo el campeonato de fútbol americano. Es un fenómeno social. Desde 1967, este evento ha crecido hasta convertirse en uno de los espectáculos más vistos del mundo, con más de 100 millones de espectadores anuales.
Cada año, los dos mejores equipos de la NFL se enfrentan en una final épica, acompañada por actuaciones musicales de estrellas como Beyoncé, Shakira, The Weeknd o Rihanna. Además, los comerciales durante el partido se han vuelto una tradición por sí solos, con marcas invirtiendo millones por segundos de pantalla.
El Super Bowl no es solo para fanáticos del deporte. Es una fiesta cultural que une generaciones, comunidades y países. Representa la cúspide de una temporada llena de emociones.